A pocos días de que acabe el mes de enero, ya son muchos los que acumulan besamanos y tardes de quinario como si de vísperas se tratara. Este año, la Semana Santa será una de las más tardías posibles, y parece que, como siempre Sevilla al contrario de la lógica, se viven con más intensidad los "previos" a esta fiesta. Inmersos en una ola de frío, huele a incienso por las calles, ya se escuchan marchas en algunos comercios y hasta algún azahar se asoma tímidamente entre las hojas de un remoto naranjo. Las tertulias en marcha, coleccionables, ensayos de bandas, igualás de costaleros, quinarios y besamanos abarrotados... Con ganas de pasos, Sevilla desafía la cordura.
Hoy quedan cuarenta días para el Miércoles de Ceniza. Hasta entonces, Esperanza... ¡y bendita sea esta locura!
Y a Ti, La Que está en San Gil,
ResponderEliminarjunto al Arco y la Muralla,
junto a donde el mismo César
te dejó a un armao de guardia,
cuando tengo que nombrarte,
me faltan ya las palabras.
Te iba a decir azucena,
iba a decirte espadaña,
iba a decirte repique,
iba a decirte campana.
Te iba decir buganvilla,
te iba a decir jacaranda,
te iba a decir magnolia,
¿habrá flor más sevillana?
Te iba a decir jazmín,
y te iba a decir acacia,
nardo pensaba decirte
con yerbabuena y albahaca
de los verdes terciopelos
y el merino de las capas,
San Basilio en el recuerdo
de una columna entre llamas.
Te iba a decir primavera,
te iba a decir Madrugada,
noche pensaba decirte
y te iba a decir alba;
te iba decir luz divina
con la carita cansada...
Así pensaba decirte,
resplandor de la mañana.
Te iba a decir blanca toca
en el zaguán de Sor Angela,
Salve Regina en Alcázares
junto a San Juan de la Palma,
te iba a decir calle Feria,
te iba a decir calle Parras,
te iba a decir Escoberos,
pensaba decirte lágrima,
iba a decirte sonrisa,
fugaz belleza que pasa,
relámpago de dulzura,
Gioconda divinizada.
Iba a decirte perfil
y leyenda de una mancha.
Yo te iba a decir huerta,
y te iba a decir plaza,
te iba a decir Callejones,
y te iba a decir Gracia,
o quizá sencillamente
iba yo a decirte: "¡Guapa!"
Iba a mirarte... y no puedo:
¿quién te aguanta esa mirada?
Que no se puede aguantar
la belleza de tu cara...
Como todo te lo han dicho,
mi silencio es el que habla,
pues verás, Niña del Arco,
que hay un nudo en mi garganta.
Y sólo digo tu nombre,
ése que todo lo alcanza,
como te nombra Sevilla,
como tu barrio te llama,
como un viejo macareno:
¡mi Virgen de la Esperanza!
Musa de los saeteros Virgen de Sevilla entera,
ResponderEliminarcantaba en la calle feria
Vallejo a la Macarena.
Almenas de la muralla
que lloraban con la debla
señora de las señoras
que San Gil te guarda y vela.
Eres luz del viernes santo,
y giralda pà el poeta
loquito por tu entrecejo
clavel que nace en la reja.
Manuel Torres con su embrujo
tambien le canto a tu pena
porque tu rostro es Sevilla
que tu mirada refleja.
Cinco verdes esmeraldas
que gallito te trajera
de la otra orilla del mundo
pa realzar tu belleza.
El aire caracolero, rondaba por la alameda,
o torero y feriante, guitarristas, cigarreras,
bailaoras y palmeras
y tambien Juanita Reina,
lloraban con tu persona
cuando te tuvieron cerca.
Los Mairenas y Centenos,
los Loreto, los Ortega.
Pastora en la calle parra,
desde un balcon en su reja,
y tu traspasas el arco,
y los armaos que te velan,
de una Sevilla romana,
con plumas y con nagueta,
de esta tierra mariana
donde brilla la saeta
con una Virgen Morena
que de Esperanza me llena,
que vive en una muralla
y se llama MACARENA.
Genial Antonio Burgos, eso sí fue un pregón
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