Dos años de Estrella Coronada

Las palabras se deshacen ante su rostro, se disuelven con su mirada, y la dulzura de sus ojos, como miel bendita que salva, derrama por Valencina la gracia de su Estrella, por ángeles coronada.

No sé por qué el cielo se empeña en tenerte. Quizás porque sin ti se apagaría el sol, inerte, o porque la luna perdería su blancura, porque sin ti no habría hermosura, porque la oscuridad sueña con verte. El universo quiere quererte, mas su querer, entre tantas, no logra reconocerte.

¿Por qué es especial la luz de tu estrella? ¿Qué tiene que no tengan las demás? ¿Por qué reservas sus rayos, uno a uno, mientras el amanecer hace bucle en tus mejillas y los luceros sinuosos acarician cada palmo de tu radiante figura?

Inmutable, impasible realizas tan cuidadosa tarea... ¿para qué? ¿Acaso no sería más sencillo dejar que el flujo luminoso de tu pureza abarque cada rincón celeste de las alturas? ¿O que la vida que emana de tus labios resuene irrumpiendo en la constelación infinita que define tu mirada?

No sé por qué la gloria te ansía. No sé por qué, entre tantos lugares, elegiste Valencina. Ni lo sé, ni quiero saberlo. No sé si esa gloria será distinta, o será la misma... La única certeza es que mi gloria no la entiendo si no es en tu presencia.

Porque el día tiene otra luz cuando el sol se vuelve Estrella...

19 de junio de 2010: dos años de Estrella Coronada.