miércoles, 19 de octubre de 2011

Traslado. Torrijos 2011

Como de costumbre, la iglesia estaba ya a rebosar a eso de las seis de la mañana. Valencina ya estaba preparada para un nuevo segundo domingo de octubre. Un frío intenso se combinaba con el silencio y la oscuridad, poniendo el escenario idóneo para dar protagonismo a la Luz que traería a la mañana.
A las seis y media comenzó la Misa del Alba, en la que cientos de corazones luchaban contra el sueño gracias a la ilusión, esperando ese momento añorado desde siempre y desde hace un año. Pasadas las siete, se produjo de nuevo el momento en el que esos corazones dieron un vuelco: la Estrella que había bajado del cielo era elevada de nuevo al mismo, al cielo de Valencina. Ya no servía el reloj, el mundo y el tiempo lo regía aquello.
Entre cohetes, repiques de campanas y la marcha real, la Virgen de la Estrella salió a Valencina para dar comienzo a una nueva Romería de Torrijos. La Banda Municipal de Aznalcólar y dos tamborileros, así como las espontáneas oraciones de muchas almas, pusieron la banda sonora a este Traslado. Acto seguido, los sones de La Estrella Sublime irrumpieron el silencio, anunciando de una vez por todas, por si quedaba duda, que una nueva Romería de Torrijos se había materializado. Entre redobles de tambor y tamboriles, se sucedieron las marchas Coronación de la Macarena y Rocío, ambas un clásico en el Traslado.
A medida que la Virgen de la Estrella avanzaba, la luz se fue apoderando del cielo, siendo prácticamente de día cuando, un año más, subió por fin a su carreta en la Hacienda Tilly para aguardar el momento del reencuentro con el Señor de Torrijos.






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