martes, 14 de febrero de 2012

Fray Diego de Valencina. 150 años

Hoy, 14 de febrero de 2012, se cumple el 150 aniversario del nacimiento de Fray Diego de Valencina, religioso capuchino, aficionado a la pintura y estudioso del flamenco. Sin lugar a dudas, es uno de los Hijos Ilustres de Valencina de la Concepción.

Nació en 1862 en Valencina del Alcor, hoy de la Concepción (Sevilla), en la calle que hoy lleva su nombre. A los 19 años tomó los hábitos capuchinos en Massagramell (Valencia) e hizo el noviciado. Pasó posteriormente a Pamplona, donde cursó sus estudios. Fue ordenado sacerdote el 29 de agosto de 1886.
Acto seguido pasó a Andalucía. Ostentó en varias ocasiones el cargo de Guardián del Convento de Capuchinos de Sevilla y superior de la capilla de San José, así como de los conventos de Sanlúcar y Córdoba. También desempeñó los cargos de maestro de novicios, custodio general y ministro provincial de la orden en Andalucía. Fue mentor del Beato Fray Leopoldo de Alpandeire.
Fue un gran benefactor de su orden, por la que siempre trabajó humilde e intensamente. Se le deben la restitución de los conventos y huertas de Sevilla y Córdoba y la restauración de la capilla de San José de Sevilla tras la quema del año 1931, entre otros.
Fue muy popular en la sociedad de la época, y ello gracias a sus grandes dotes como orador, siendo conocido en toda España y especialmente en Sevilla, Córdoba y Badajoz.
Durante 50 años, fue vicepostulador de la causa de canonización del Beato Diego José de Cádiz.
Cultivó la literatura con éxito. Entre sus obras destacan varias recuperaciones de Fernán Caballero, colecciones de cartas del Beato Diego José de Cádiz con novenas, sermones y notas, y, sobre todo, su obra más importante: un extenso estudio sobre la saeta y los campanilleros. Era un erudito, y sus obras, principalmente de investigación, destacaban por su elegancia y estilo andaluz. Fue recibido como miembro en la Academia de las Buenas Letras de Sevilla, en la Academia de San Fernando y en la Real Academia de Madrid.
También cultivó otras artes, entre ellas la pintura. Fue conocido como "el pintor metido a fraile". Estudió en la Academia de Bellas Artes de Santa Isabel de Hungría de Sevilla, y fue presidente durante varios años de la Comisión de Monumentos de Sevilla y su provincia. Fue un gran amigo de célebre escultor-imaginero Antonio Illanes.
Era el prototipo de capuchino. Su muerte, en abril de 1950 en el seno de la orden, transcurrió plácidamente en la capilla de San José, y fue muy llorada por la ciudad de Sevilla y la Orden Capuchina. Los periódicos lo calificaban como uno de los monjes más populares que se había conocido en décadas, y destacaban que supo ganarse la simpatía y aprecio de los sevillanos "de tal manera que no hay barrio ni familia que no conozca y estime a este simpático fraile que acaba de desaparecer" (ABC de Sevilla, 15 de abril de 1950).

Queremos recalcar que fue importantísimo su estudio sobre la saeta y los coros de campanilleros, aportando gran parte de lo que hoy sabemos. Recogió coplas antiquísimas que hoy aún se cantan gracias a él, y también compuso otras nuevas, también utilizadas actualmente. En la saeta, puso incluso un intervalo de aparición del género actual.

Sus dotes de orador y literato le hiceron muy popular. Como dato curioso, regaló la medalla de la Real Academia a la Virgen de la Estrella, que normalmente porta en sus salidas procesionales, como acaba de hacer la familia del conocido don Antonio "el cura", fallecido recientemente, con la medalla que la Hermandad de Torrijos le regaló por su mérito y dedicación durante años como director espiritual de la corporación.

Fray Diego de Valencina, sabio del siglo XX y uno de los grandes desconocidos para Sevilla, y lo que es peor, para Valencina. Con esto promovemos su reconocimiento histórico.
In memoriam.


Fotografía: homenaje que el pueblo y autoridades de Valencina a Fray Diego tras su ingreso en la Academia de las Buenas Letras (junio de 1925).

3 comentarios:

  1. la Hermandad de la Vera+Cruz realizara el sabado dia 18 una función solemne en su nombre.

    ResponderEliminar
  2. Árticulo perfecto, como siempre mostrandonos trozos de la historia de Valencina.

    ResponderEliminar
  3. Personas como esta son las que se merecen un monumento en nuestro pueblo

    ResponderEliminar