miércoles, 1 de agosto de 2012

Devociones del ayer. Madrugá

Sexta entrega de la colección "Devociones del ayer". En esta ocasión, vamos a tratar las Hermandades que realizan su estación de penitencia en la Madrugá.
Comenzamos por la Hermandad del Silencio. Conocida como la de los "primitivos nazarenos de Sevilla", hay datos de que en 1340 ya realizaba su estación de penitencia por los alrededores de la iglesia de Omnium Sanctorum una corporación de la que se cree que esta es heredera, hecho poco probable. No es hasta 1610 cuando Francisco de Ocampo talla al Nazareno.
El caso de la dolorosa de la Concepción es el que nos ocupa. Nos referimos a una imagen del siglo XVIII obra de Cristóbal Ramos, que procesionó con esta Hermandad hasta el año 1954, en el que fue sustituida por la actual de Sebastián Santos Rojas.
Se fecha en torno a 1752, y el autor utilizó la Titular anterior como base para construir la nueva, sustituyéndole la mascarilla y retocando los demás elementos. Dado el mal estado de la imagen, se decide adquirir una nueva Titular, siendo la anterior remodelada por Juan Abascal en 1965 hasta el punto en que sólo queda el busto y cubierto de telas encoladas. Aunque sigue siendo propiedad de la Hermandad, la Virgen se encuentra en posesión de la familia Ybarra en su domicilio de la calle San Vicente de Sevilla.

  

La Hermandad del Gran Poder no ha sufrido en los últimos siglos la sustitución de sus imágenes, pero sí "restauraciones" que han ocasionado nuevas visiones de las tallas originales. La Hermandad se funda en 1431, y a lo largo se su historia llegó a tener incluso tres pasos, siendo el tercero un calvario y sustituyéndose varias veces el crucificado. Es en 1620 cuando se sustituye al nazareno por la actual talla del Gran Poder obra de Juan de Mesa, creyéndose que la imagen anterior es el nazareno de la Hermandad del Valle. La Virgen se sustituye en 1798. De todas estas imágenes, al parecer, la Hermandad tiene consciencia de su paradero.
Nosotros nos ocupamos de la Virgen del Mayor Dolor y Traspaso, de autor anónimo, aunque se relaciona con Blas Molner. Su busto fue adquirido en 1798. A lo largo del siglo XX ha cambiado mucho su aspecto debido a diversas intervenciones. En 1954, Antonio Illanes le altera sus facciones. En 1978, Peláez del Espino le cambia la policromía. En 1979, Ortega Bru la dota de la actual policromía y Manuel Guzmán le sustituye el candelero.

En cuanto a la Hermandad de la Macarena, vamos a centrarnos principalmente en su desaparecido tercer paso. Desde la aprobación de sus primeras reglas en 1595, la Hermandad de la Macarena ha procesionado con la imagen de un crucificado. El original fue de papelón, y probablemente se encontrara en el convento de San Basilio. Se desconocen sus datos. En 1630 la Hermandad le encarga a Pedro Nieto un nuevo crucificado, que procesionaría hasta 1720 tras el Cristo de la Sentencia y precediendo al palio de la Esperanza. A partir de ahí, la imagen va cayendo en el olvido hasta el punto de que, en los sucesos de 1936, la imagen no se ocultó como el resto de Titulares y se perdió para siempre en el incendio intencionado de la parroquia de San Gil.


La Hermandad de la Esperanza de Triana ha sufrido tanto cambios como remodelaciones de sus Titulares.
Es fruto de la fusión de varias hermandades, perdiendo Titulares en las fusiones. Nos ocupamos de los actuales, ya que de las imágenes anteriores apenas hay datos. La Virgen de la Esperanza es una obra anónima que aparece por primera vez en la Hermandad en 1816, participando en la estación de penitencia. Su autoría primitiva se atribuye a diversos autores, entre ellos Juan de Astorga. En 1889 se restaura por primera vez, desconociendo los datos de la acción, variándose varias facciones. En 1898, la iglesia de San Jacinto sufre un incendio en el que la imagen se ve gravemente afectada, encargándose a Gumersindo Jiménez de Astorga su restauración. El escultor modifica muy notablemente la mascarilla de la talla, estando aquí la primera teoría de sustitución. No contentos con el resultado, en 1913 se encarga a José Ordóñez una intervención para que varíe los ojos y labios principalmente, teniendo como resultado un rostro muy distinto, ya con la tez morena. Críticos de la época llegan a decir que la imagen es de José Ordoñez, no pronunciándose nadie en contra (segunda teoría). En 1929 se encarga a Castillo Lastrucci una nueva intervención de cara a su traslado extraordinario a la parroquia del Salvador con motivo de la Exposición Iberoamericana. La talla cambia de nuevo, estando aquí la tercera teoría de sustitución. En la factura se cita textualmente: "Virgen de la Esperanza, ponerle mascarilla y manos, 500 pesetas". En su vejez, Lastrucci afirma ser el autor de la Esperanza, haciendo una mascarilla igual que la anterior pero mejorándola.
En 1981 es Álvarez Duarte quien restaura la imagen, consistiendo principalmente en una limpieza, aunque con una leve intervención. Es en 1989 cuando Duarte vuelve a intervenir la talla, retocándole todas las facciones del rostro y proporcionándole una encarnadura totalmente nueva, lo que hizo variar bastante el aspecto de la talla. Hay quien piensa que Duarte sustituyó la imagen en la segunda restauración.
En cuanto al Cristo de las Tres Caídas, es una imagen anónima del siglo XVII, y es atribuída a Marcos Cabrera, entre otros. La primera restauración conocida se produce en 1889, basándose en la sujección de la imagen al paso, pues llevaba más de 30 años sin procesionar. El autor de la misma se desconoce. La segunda se produce en 1894, de manos de Manuel Gutiérrez-Reyes Cano, quien elimina el pelo natural de la cabeza, incluídos barba y bigote, sustituyéndolos por otros de pasta. Retoca las facciones de la cara, y le mutila los ojos de madera para incrustarle los actuales, que son de cristal.
La siguiente intervención es en 1929. Castillo Lastrucci repasa la imagen, sepura lo que considera "deficiencias" y le hace una corona de espinas de madera fija en su cabeza, pues la anterior era portátil. También sustituye por pasta el único mechón de pelo que había dejado Gutiérrez-Reyes.
En 1983, Álvarez Duarte le realiza un nuevo cuerpo. También le sustituye el mechón que había incluído Lastrucci por otro, obra suya. Modifica las manos y retoca la cabellera. En 1989 vuelve a intervenir, corrigiendo algunas facciones y dotándole de una nueva policromía.

 

La Hermandad de los Gitanos se funda en Triana en 1753. Los primitivos Titulares eran obran anónimas de mediados del siglo XVIII, ambos atribuídos a Montes de Oca, por lo que se cree que la Hermandad los encargó. Se pierden en el incendio intencionado de la iglesia de San Román en julio de 1936. En 1938, Fernández-Andes talla un nuevo Cristo de la Salud, buscando y obteniéndo el máximo parecido con el anterior, de gran devoción en la ciudad. Un año antes, el mismo autor tallaría una nueva Virgen de las Angustias, sin relación estética con la anterior. Ambos son los actuales, que llegan sin cambios significativos hasta nuestros días.


Ni siquiera las tan populares hermandades de la Madrugá se libran de la sustitución, pérdida y destrucción de sus imágenes. Sólo el Calvario las mantiene casi intactas hasta hoy. Esto invita a una nueva reflexión, como en todas las anteriores ediciones, sobre la conservación del patrimonio. Es realmente duro, a la vez que indignante, decir alegremente que en el transcurso de una intervención se han "corregido deficiencias" o se ha "imprimido un nuevo carácter", las cuales, en muchos casos, llevan a la desvirtuación total del aspecto de una imagen, como hemos visto. De la misma forma, hemos comprobado cómo la negación y el poco interés por la propia historia han ocasionado la pérdida irremediable de valiosísimas obras de arte. Muy común en este artículo es el capricho de determinados autores y juntas de gobierno por "adecuar" sus Titulares a las modas de cada época, observando los desastrosos resultados. Son imprescindibles una consciencia de trascendencia, un interés por la historia y, por supuesto, el sentido común, para garantizar la conservación de este inmenso patrimonio, a excepción, claro está, de causas involuntarias como las tan prodigadas en 1936.


Bibliografía:

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