miércoles, 9 de marzo de 2011

Miércoles de Ceniza

Ya ha llegado. Parecía eterno, imposible, infinito... Ya está aquí. El azahar se despereza cuidadosamente y despierta esa nieve primaveral en todos los naranjos, que parece que, llamados por el olor del incienso que inunda los callejones sevillanos, quieren responder brindándonos una efímera gloria que se desvanece al tiempo que mengua la luna y pasan los días del gozo. El cielo tiene ya otro color, lo tiene ya la Giralda, y el Giraldillo, que anuncian que va a pasar algo grande. Todo esto pasa al tiempo que, tímido, un cirial asoma por el inmenso pórtico de una Iglesia. Evitando su soledad, otro lo acompaña temeroso de lo que hay fuera. Y así se van sucediendo, una y otra vez, a lo largo de estos cuarenta días, en los que el cirial se va transformando en farol, el farol en cirio y el cirio en Cruz de guía. Hasta entonces, hasta que el traje no se vuelva túnica, y teniendo viva nuestra esperanza, tan sólo podemos comtemplar la belleza de la sencillez... tan sólo...

Quedan 40 días para la Gloria.

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