Radiante mañana de Domingo de Resurrección la que se vivió un año más en Valencina de la Concepción. De nuevo, Nuestra Señora de la Estrella Coronada volvió a recorrer las calles de su pueblo bajo un sol de justicia tras una lluviosa Semana Santa.
Pasadas las diez de la mañana, el paso de la Virgen de la Estrella cruzaba el dintel de la puerta del templo que da a su plaza, entre repique de campanas, aplausos, cohetes y las notas musicales que este año procedían de los intrumentos de la Banda de Música del Maestro Tejera de la ciudad de Sevilla. Con La Estrella Sublime se inició la bajada de la rampa y se enfiló la calle Cervantes, primera parte de un recorrido que depararía momentos muy especiales.
La Virgen de la Estrella estaba ataviada con la saya de la Coronación (Bonilla Cornejo, 2010) y el manto blanco de José Manuel Elena (1965). Corona, estrella y media luna también de la Coronación (Talleres Villarreal, 2010) y ráfaga de las estrellas. Lucía, entre otras, la cruz de la Esperanza (donada por la Macarena), el escudo de la Hermandad (donado por la Estrella de Triana) y la medalla de oro de la Hermandad de las Aguas de Sevilla.
En torno a las dos del medio día, la Virgen, ya en la plaza, se dispuso a subir de nuevo la rampa, tras las marchas Coronación de la Macarena y Hermanos Costaleros. Una vez dentro, se cantó una saeta ante el paso, además de la Salve y otras plegarias. Sonó, por último, el Himno a la Virgen de los Reyes en el órgano mientras se producía el tradicional reparto de flores.
Du nuevo, la Estrella puso su luz en Valencina para hacernos disfrutar de su radiante rostro.
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