sábado, 1 de septiembre de 2012

De nuevo en casa

Nunca estuvo fuera de ella. Aunque las circunstancias obligaron a que abandonara su estancia, aquella desde donde mira a Valencina desde hace casi doscientos años, nunca estuvo en lugar extraño. Dejó su casa para volver a su hogar, aquel que bendijera allá por febrero de hace una década y que con tanto esfuerzo construyó su Hermandad para perpetuar el nombre que el cielo repite infinitas veces cada noche.
A las 19:30h., ya preparada en sus andas procesionales, comenzó el rosario vespertino. Momentos después, la Virgen de la Estrella cruzó el dintel de la Casa-Hermandad de Torrijos, donde se abría el cielo del Aljarafe en la calle Azucena. Cuarenta y cinco minutos de luz en los que el sol, esquivo, se inclinaba en el oeste ante el brillo del astro en torno al que gira Valencina.
La salve puso fin a la salida extraordinaria, en la que la Virgen de la Estrella estrenó manto dorado y saya de terciopelo azul bordada en oro y sedas de colores.
Hoy está ya en su altar de novena. Así se cierra un capítulo más de esta odisea, en la que, siempre en silencio, su reflejo es lo único que pone luz en las tinieblas.

  


Agradecimientos: Ana Belén Suárez, Mª Ángeles Rodríguez.

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