Derroche de luz en tus ojos, luceros de miel eternos, dulzura infinita celeste, candor bendito del cielo. Apoteósis de Dios en tu rostro, arrebato de gloria en tus labios, soberana y excelsa en los cielos, sagrada musa de sabios. Éxtasis luminoso, constelación cristalina, relámpago de fuego airoso, Universo de Valencina.
Silencio, sólo silencio. Hoy es uno de esos días en los que las dificultades sociales y las tristezas cotidianas carecen de sentido. Como cada ocho de septiembre, renace la esperanza de que la vida cambie, se enciende de nuevo la chispa que da brillo a la ilusión. Lo único necesario para avivar la llama es escuchar en el silencio de su palabra. Y ante tanta incertidumbre, cada vez tenemos más claro que la gloria sólo está en la ternura de tus manos.
Hoy es el día de la Virgen en Valencina. Resuene a través de los siglos un Dios te salve eterno, entonado con una explosión que rompa el tiempo. Ahora y siempre, Estrella de la Mañana.
Hoy es un día especial,
es la fiesta de mi gente
por esa Virgen tan bella,
que es Patrona de mi pueblo
y es la Virgen de la Estrella.
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