viernes, 23 de septiembre de 2011

Jueves Santo 2011

Tras un Miércoles Santo que había burlado a la lluvia, la esperanza y la ilusión se materializaron para el Jueves Santo. Pero no tardarían en desvanecerse. A lo largo de la mañana, la lluvia se ocupó amargarle el día a Sevilla, sembrando la incertidumbre. Al medio día no caía gota. Hermandades como la de las Cigarreras o la de los Negritos tenían prevista su salida a las tres de la tarde. Sin lluvia, y con algún que otro rayo de sol escapándose entre las nubes, las cofradías desistieron en su intento de salir.
Una a una fueron callendo. Resonando como un requiem melancólico por las calles de Sevilla, la gente caminaba de uno a otro templo a ritmo de "no sale" como banda sonora. La lluvia hizo acto de presencia, diluyendo cualquier posibilidad. Ninguna hermandad salió.
A pesar de esto, muchos fueron los momentos emotivos entre las lágrimas de la impotencia. Algunas hermandades, no todas, abrieron las puertas de sus templos para que los devotos puedieran comtemplar los pasos. Especialmente, la Capilla de los Ángeles fue un hervidero durante todo el día. Colas de más de una hora para acceder a la capilla, saetas espontáneas... y un sinfín de lágrimas y oraciones que se elevaron al cielo a través de la Virgen de los Ángeles.
Poco después de la decisión de no salir, Antonio Santiago dedicó esta levantá:




Por suerte, dentro de la tristeza de este Jueves Santo hubo un poco de luz, luz de Esperanza. Y esta luz vino de manos de los Armaos de la Macarena, que tras su visita al Hospital Virgen del Rocío, hicieron su tradicional pasacalles en la tarde del Jueves Santo. También se vio empañado éste por la lluvia, lo cual obligó a los Armaos a llevar una marcha muy ligera. Pero el agua y las prisas no impidieron que una muchedumbre de gente acompañaran a los Armaos Macarenos y siguieran la estela de sus plumas, causando de nuevo la ilusión, dejando a un lado un Jueves non-nato y pensando ya en una Madrugá llena de Esperanza.


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