He aquí el heraldo más importante de cuantos anuncian que Valencina se prepara para su Fiesta Grande. Desde la mañana del pasado lunes, yacen, dormidos como el niño que aprovecha los últimos minutos de sueño antes de prepararse para ir al colegio, los palos de Torrijos. Los más madrugadores ya se alzan, altivos, en la calle Mariana abanderando la Romería. El pueblo empieza a transformarse, la sensación de que se acerca algo grande se materializa hasta el punto de hacerse tangible. Queda, aún, para que la plasticidad cromática inunde cada rincón de Valencina, pero una vez iniciada la metamorfosis, no hay vuelta atrás. Han llegado las vísperas, se nota la alegría en el ambiente, ya están los palos puestos... y tan sólo quedan 10 días para Torrijos.Fotografía: @lauralr95.
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