sábado, 20 de agosto de 2011

Martes Santo 2011

Triste jornada la del Martes Santo, donde se cumplieron, por desgracia, todas las previsiones. La lluvia se encargó de estar presente durante todo el día y dejó claras sus intenciones en momentos concretos del día.
Las ilusiones se iban desvaneciendo cuando, una tras otra, las Hermandades iban anunciando la decisión de suspender sus respectivas estaciones de penitencia. Más aún si cabe con la Hermandad del Cerro, la primera del día. Cuando se hacía pública la negativa, se ponían todas las esperanzas en la siguiente cofradía que tenía que salir, desplazándose una marea humana hasta la puerta de cada templo.
A pesar de las previsiones, hubo quienes se aventuraron a salir. Una de ellas fue la Hermandad de los Javieres, que tras un polémico cabildo extraordinario de oficiales sin la presencia del hermano mayor y resuelto con un "voto de calidad", se dispuso a salir a la calle poniendo su cruz de guía en la puerta de Omnium Sanctorum. Cual fue la sorpresa de los hermanos cuando, al abrir las puertas, vieron que un fuerte aguacero arreciaba en la calle Feria. No hubo más solución que volver a cerrarlas.



El otro caso fue el de la Hermandad de la Bofetá, no libre de polémica. Esta Hermandad está gobernada por un comisionado y en la salida estuvieron presentes altos miembros de la Iglesia sevillana. Con una previsión de unos posibles diez minutos de lluvia (que serían más), el comisionado decidió aguantarlos en la calle. Ante la noticia de la salida, miles de sevillanos acudieron a San Lorenzo formando verdaderas bullas, que llegaban incluso a la calle Amor de Dios, antes de que la cofradía hubiera empezado a salir. Entre los aplausos del público, el mistero de Ntro. Padre Jesús ante Anás se abría paso entre la gente. Tras el saludo al Gran Poder, la lluvia hizo acto de presencia, intensificándose con cada paso que avanzaba el misterio. Pero el paso siguió adelante, lo cual provocó la sopresa y confusión de los presentes, que veían cómo, empapadas ya las imágenes, continuaba dirección a la catedral. Finalmente, tras una gran "mojá", el misterio dio media vuelta y volvió a entrar en la Parroquia de San Lorenzo.




Ante esto, y con ganas de cofradías, la gente sólo pudo engañarlas visitando los pasos en las iglesias que se habían abierto para tal fin. Además de eso, hubo otras dos opciones más que edulcoraron la tarde gris del Martes Santo. Una fue el traslado de los pasos de la Hermandad de los Estudiantes desde el rectorado de la Universidad hasta la capilla de la misma, ante la no salida de la cofradía. La otra fue el besamanos del Señor de Sevilla en su basílica de la plaza de San Lorenzo. Desde el Domingo de Ramos, este era el último día de veneración a la Imagen del Gran Poder.
Apenas a las 21:30h., Sevilla era una ciudad fantasma cuando debía ser un bullicio, con ocho hermandades en la calle y siete pasos aún por entrar en campana en una jornada sin cofradías en la que las pocas esperanzas quedaron sentenciadas a las 21h., cuando el último palio debía entrar en torno a las 4h. de la madrugada.



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